Varios grupos y empresas han crecido al punto de tener plantas en diferentes regiones, con características muy diferentes (costos de mano de obra, tecnologías y nivel de automatización, entre otras). Estas empresas comparten un complejo problema de decisión: teniendo en cuenta todas sus unidades de producción y sus particularidades, los diferentes mercados atendidos y la gama completa de productos, ¿cómo asignar y distribuir su producción? La nomenclatura para esta cuestión suele variar considerablemente, pero, en general, se la conoce como optimización de la red de producción, distribución de productos a plantas o, inclusive, como planificación de producción de varias plantas.
La lista de factores que afectan esta decisión es extensa y varía en diferentes contextos. Con respecto a los costos, generalmente incluye logística, que deriva de la distribución de productos a los mercados de consumidores y la transferencia de productos intermedios entre plantas, los costos de producción de cada planta (que generalmente implican costos de material y mano de obra), y otros costos relacionados con el uso de recursos, y, cuando corresponde, la tercerización de parte de la producción. Aspectos como tecnologías existentes en cada planta, productividad, producción, set-ups y costo de mantenimiento también pueden orientar la elección de cómo asignar su producción.
Con dicha complejidad, es evidente el beneficio de usar análisis avanzado y modelos matemáticos para respaldar esta decisión. La aplicación de un modelo de optimización adecuado, el cual apunte a minimizar el costo total y considere las numerosas limitaciones y todos los factores mencionados anteriormente, puede convertir la diversidad de la red de producción en una verdadera ventaja competitiva al momento de la planificación estratégica. En Cassotis, tuvimos que afrontar esta situación en el sector de cerámica, pero, indudablemente, muchos otros sectores también podrían beneficiarse de una óptima planificación de la producción.
Con un modelo matemático adecuado y personalizado, es posible garantizar un uso más eficiente de la capacidad de producción de diferentes fábricas. Asimismo, el uso de recursos, ya sean humanos, de electricidad, energía o materia prima, se vería optimizado, teniendo en cuenta sus costos y disponibilidad. Dicho modelo también permitiría la comparación entre la producción interna y externa, al determinar si alguna parte de la producción debe ser potencialmente tercerizada.
Los resultados obtenidos de una asignación más eficiente pueden variar según el contexto y los sectores. No obstante, los beneficios en eficiencia suelen traducirse en una reducción de hasta el 15% en los costos de producción variables, con base en la experiencia de Cassotis.
Otro aspecto es el tiempo dedicado a realizar el análisis de diferentes situaciones. En épocas de crisis u oportunidad, puede ser necesario revisar toda la planificación, y esto puede incluir factores como, por ejemplo, la modificación del perfil productivo y la reducción de la mano de obra o el aumento de turnos. Mediante el análisis de situaciones a través del modelo de optimización, es posible lograr una rápida respuesta en este tipo de situación. Un buen ejemplo es la pandemia de Covid-19, en la que grandes empresas tuvieron que revisar toda su estrategia y planificación de producción. (1)
Al abordar la cuestión de la distribución general, la transferencia de tecnología o la contratación de más personal, esta decisión de planificación se clasifica dentro del denominado nivel estratégico, en el que las decisiones se toman con menor frecuencia, a menudo anualmente. A este nivel, cualquier decisión se debe realizar a través de los análisis What If, teniendo en cuenta situaciones que cambian la configuración de la red de fabricación.
Teniendo en cuenta los movimientos macroeconómicos y sus ciclos, como también la evolución tecnológica y política de ciertas regiones, parte de este tipo de planificación es analizar la transferencia de las líneas de producción de una planta a la otra. Por ejemplo, debido a variaciones en los costos de producción, como la materia prima y la mano de obra, las oportunidades logísticas y los cambios en el perfil de demanda, puede volverse menos costoso transferir toda la tecnología de producción de una planta a la otra, transfiriendo equipos, herramientas y experiencia para comenzar a fabricar la misma línea de productos en otra fábrica. Otra decisión aún más estratégica que se puede tomar empleando el mismo modelo es la opción de dónde ubicar una nueva planta.
Por lo tanto, es evidente que este tipo de problema, bastante común en grandes empresas, plantea un complejo desafío de toma de decisiones y conlleva una gran oportunidad de beneficios al usar modelos y algoritmos matemáticos. ¡Quienes dejen pasar esta oportunidad pueden quedar rezagados!
Referencia:
Autor: Cassiano Lima - Consultor Senior en Cassotis Consulting
Coautor: Emmanuel Marchal - Managing Partner en Cassotis Consulting